Soter: “Rápido y furioso”, con la complicidad de Felipe Calderón
Soter es la personificación de la seguridad, la conservación y la liberación de cualquier daño.
Por: Sergio Noble
En septiembre de 2012 en un informe el Departamento de Justicia de los EU se dio a conocer que el operativo “Rápido y furioso” permitió el trasiego de 2 mil armas de alto calibre que entraron a territorio mexicano.
El entonces Presidente de México, Felipe Calderón conocía de ese operativo, pero más allá de esto, su gobierno traficó con aquellas armas, y facilitó su posesión al cártel de Sinaloa que encabezaba “El Chapo”, Guzmán.
El Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández ha asegurado que existe una investigación internacional contra el ex presidente producto del operativo que permitió la entrada de armas de EU a México con el disimulo del gobierno panista que ha provocado la muerte de miles de mexicanos.
Calderón, evidentemente, ha negado que existe algún tipo de indagatoria de cierto organismo internacional en su contra. Ha dicho que la afirmación del titular de Gobernación tiene solo un propósito, “desviar la atención” de los problemas que enfrenta hoy el gobierno de la 4T.
En la revista Proceso, el periodista Jesús Esquivel dio a conocer que un funcionario de la embajada de México en EU, Enrique Escamilla, entregó al entonces embajador de nuestro país, Arturo Sarukhán, una circular elaborada el 10 de junio de 2011 donde se hablaba de la existencia del operativo, tema del que discutieron la entonces titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Marisela Morales y el Fiscal general estadounidense, Eric Holder, del gobierno de Barack Obama.
“El documento es muy claro”, consideró el reportero, y ha publicado que “el operativo fue llevado a cabo por la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos estadounidense, (ATF, por sus siglas en inglés) y comenzó a implementarse a finales de 2009, durante el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012)”.
A pesar de la circular, y que el tema se trató de manera oficial entre los dos gobiernos, al comentarse publicamente, Calderón negaba que su administración haya tenido un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para introducir armas al país. Sin embargo, por diversas formas, se ha publicado en medios que “Rápido y furioso” fue negociado entre ambos gobiernos.
El operativo debe investigarse para conocer la responsabilidad -que debe ser absoluta- de Felipe Calderón, y tener la claridad sobre qué repercusiones se dieron cuando el gobierno panista negó la existencia de dicha acción, una tuvo que ver con la violación de la soberanía nacional, pero la más lamentable es la muerte de miles de mexicanos.
Recién, el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubond, ha considerado que “la indagatoria tendrá una repercusión importante, porque hay de dos: el gobierno mexicano mintió al Congreso de la Unión y a la sociedad mexicana por parte de las autoridades de México, diciendo que no se sabía nada de esto, o bien, se atropelló, o se violentó la soberanía nacional de México”.
No es poca cosa, por ejemplo, que las armas que el gobierno mexicano adquirió y que debieron ser destinadas a las Fuerzas Armadas y a las policías, se las hayan vendido a las organizaciones del crimen organizado, y que quien se encargó de dicha venta haya sido Genaro García Luna, el operador del gobierno calderonista.
El panista niega exista una investigación internacional en su contra. Dice que el secretario de Gobernación “anda muy perdido”. Puede decir lo que quiera; es entendible que descalifique la afirmación de Adán Augusto. Su problema es que no sólo del operativo hemos conocido; sino que hay documentación de que “Rápido y furioso”, funcionó con la “complicidad” de Felipe Calderón.
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