Juan José Arreola se decía un artesano del lenguaje: Margo Glantz
La escritora participará en una mesa redonda junto con las especialistas Luz Elena Gutiérrez de Velasco y Sara Poot-Herrera
Redacción: Pixel Media 4.0
Ciudad de México.- “Yo, señores, soy de Zapotlán el Grande. Un pueblo que de tan grande nos lo hicieron Ciudad Guzmán hace cien años. Pero nosotros seguimos siendo tan pueblo que todavía le decimos Zapotlán”, así inicia el texto titulado De memoria y olvido de Juan José Arreola, quien este año cumple cien años de haber nacido. Fue un ensayista, narrador y poeta que estudió actuación en la escuela de teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes, y actuó bajo la dirección de Rodolfo Usigli y Xavier Villaurrutia.
A cien años de su nacimiento, se recordará a Juan José Arreola, autor de Confabulario y escritor pilar de la literatura mexicana, mediante la mesa redonda El prodigioso Arreola. Participarán Margo Glantz, Luz Elena Gutiérrez de Velasco y Sara Poot-Herrera, el próximo martes 18 de septiembre a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Juan José Arreola fue fundador de diversos talleres literarios y dirigió seminarios de escritores cubanos en la Casa de las Américas, lugar donde solía encontrarse con la escritora Margo Glantz, quien platicó esta experiencia: “Yo conocí bastante a Arreola, juntos estuvimos en Cuba. Él estaba invitado por la Casa de las Américas y yo iba seguido, platicábamos constantemente, entonces nos hicimos amigos”.
“Lo seguí viendo cuando regresó a México. Leí Confabulario cuando apareció, así como El llano en llamas y Pedro Páramo, lo mismo que La región más transparente y Balún Canán. Esas publicaciones, y sus respectivos autores, fueron un cambio importante en la escena mexicana”, dijo Glantz.
Para la escritora, las primeras lecturas que hizo de Arreola fueron gratificantes. “Una impresión magnífica”, mencionó. La obra del jalisciense pronto se desmarcó de otras de la misma época: “Desde el primer momento había una invención. Él inventó el término varia invención o por lo menos la acuñó, y era una cosa novedosa en México, a pesar de que habían existido figuras muy importantes que manejaban el mismo tipo de literatura, como Julio Torri, por ejemplo: muy importante escritor de una prosa muy breve tanto en extensión como en aparición”.
Y agregó: “Julio Torri publicó poco, pero fue una figura fundamental en la literatura que ha sido bastante olvidado, yo lo pondría como un antecedente de Arreola. Luego apareció Juan José con una prosa muy particular donde había una cosa muy internacional y un cuidado especial del lenguaje. Él se decía un artesano del lenguaje”.
Juan José Arreola también fue formador de importantes escritores que destacaron en la segunda mitad del siglo XX, quienes acudieron a su taller literario y publicaron enMester. “Influyó muchísimo. En sus talleres estuvieron gente tan importante como Sergio Pitol, José Emilio Pacheco o José Agustín, quien, de hecho, escribió La tumba, obra que se publicó en Los presentes de Arreola. El jalisciense fue un gran promotor de la literatura, el ajedrez, etcétera. Cuando estuvo en Casa del Lago hizo cosas muy importantes. La figura de Arreola es mucho más pública que la que tuvo Juan Rulfo, quien era más reservado, más introvertido. Son contemporáneos y del mismo lugar, de Jalisco, pero son opuestos a pesar de que son los más grandes escritores de esa época”.
“Hay mucha gente que intenta copiarlo, pero yo creo que se necesita tener el talento, la imaginación y la capacidad de jugar con el lenguaje que tenía Arreola; además de su sabiduría y su gran erudición, porque él era un hombre autodidacta, tenía una erudición extensísima e importantísima”, finalizó.
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