[Especial] Sacude AMLO redes de investigación de CISEN
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Impunidad, dinero, poder y el espionaje como deporte nacional, la otra verdad sobre el CISEN
Por: Uriel Morales
México. – Es verdad que el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) es un órgano de inteligencia civil al servicio del Estado Mexicano, pero ¿realmente cumple con el propósito con el que fue fundado? Es decir, con generar inteligencia estratégica, táctica y operativa que permita preservar la integridad, estabilidad y permanencia del país.
Esta dependencia adscrita a la Secretaría de Gobernación (SEGOB) es la encargada de mantener la soberanía de nuestra patria, analizando y actuando contra asuntos que amenacen a la seguridad nacional, de acuerdo con información del mismo centro, “las amenazas de este tipo son actos como espionaje o sabotaje en contra de México dentro del territorio nacional, actos que impidan a las autoridades actuar contra la delincuencia organizada, el tráfico ilegal de materiales nucleares, armas químicas, biológicas y de destrucción masiva, así como todo acto de financiamiento a organizaciones terroristas, entre otros”.
Pero, por otra parte, este organismo no está regulado de la mejor forma, no ha cumplido con las funciones adecuadas y como resultado se ha visto corrompido por intereses personales de algunos políticos, los cuales lo usan a su propia conveniencia, principalmente para espiar a los demás partidos, a periodistas que no apoyen sus ideologías o cualquiera que represente un riesgo como oposición.
En los últimos años con el pretexto de generar soluciones y proponer medidas para neutralizar riesgos y amenazas que pudieran vulnerar las instituciones democráticas, el CISEN realizó rigurosos seguimientos a campañas electorales hasta el punto de violar los derechos humanos de los custodiados, por ejemplo el caso de Ricardo Anaya, quien en 2018 fue precandidato presidencial de la coalición Por México al Frente.
El aspirante presidencial demandó al gobierno federal una explicación, ya que elementos del CISEN lo seguían durante día y noche, por lo que Anaya acusó de espionaje a dicho Centro de Investigación, publicando desde su cuenta personal el siguiente tuit: “Desde que salgo de mi casa me siguen. Ellos se negaron a identificarse. En lugar de perseguir delincuentes, espían a los opositores al gobierno. En eso gastan los recursos del Estado. Por eso estamos como estamos”.
Actualmente este órgano que, bajo el respaldo de una agenda de gobernabilidad de más de siete décadas, estuvo bajo el poder absoluto del Partido Revolucionario Institucional (PRI), principal sospechoso de realizar estos actos de espionaje hacia un numero interminable de políticos, periodistas, artistas y empresarios, además de las familias de todos ellos, por lo que esta dependencia gubernamental se ha visto en el ojo del huracán.
La información como la industria más importante del siglo
En la actualidad la información es el arma más poderosa que se pueda poseer, es mucho más importante saber lo que esconde cada opositor que lo que da a conocer, por lo que el espionaje se ha vuelto un asunto profesional principalmente ejercido por los políticos y funcionarios de distintos niveles del Estado, por supuesto también por algunos empresarios.
Bien se sabe que gracias a la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública los contenidos están al alcance de todos, pero realmente la información del CISEN está disponible para las personas que se han visto afectadas o simplemente para las que quieren saber más sobre el tema o es secreta por los delitos y violaciones a los derechos humanos que se han ido acumulando durante décadas.
Simplemente para ganar la guerra de la información hay que ir siempre un paso por delante y por eso muchos de los políticos optan por violentar y corromper organismos como el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, pero en el momento de darse cuenta que son una fuente muy importante de dinero lo convierten en su principal arma y la utilizan contra sus opositores con el objetivo de tener el control, exponiéndolos chantajeándolos, amenazándolos y manipulando a todos los que representen un obstáculo para ellos, mientras se ensanchan los bolsillos con el presupuesto que se les brinda año con año a estas dependencias.
A pesar de todas esas deficiencias, lo que no se reduce es el enorme presupuesto que gasta el CISEN, en el sexenio de Enrique Peña Nieto el 2015 fue el año en que se asignó mayor presupuesto, cuando recibió 7 mil 616 millones 134 mil 870 pesos, equivalentes a casi el 10% del presupuesto de SEGOB para ese año. Al sumar el presupuesto anual del CISEN entre 2013 y 2018, es decir durante el sexenio de Peña Nieto, este órgano recibió 22 mil 269 millones 711 mil 240 pesos.
Han sido los últimos sexenios los que convirtieron a ese órgano civil destinado a preservar la seguridad nacional, en un vil centro de espionaje, esto se ve reflejado en que las investigaciones realizadas, ya que disminuyeron su responsabilidad de defender la integridad y dejaron de cumplir con su trabajo para frenar temas como el lavado de dinero, cárteles del narcotráfico y corrupción en general, para utilizar la estructura de ese centro para espiar a sus adversarios políticos, líderes sociales, periodistas críticos y movimientos estudiantiles, como el llamado Yo soy 132 y con los millones obtenidos corrompen a las distintas autoridades de gobierno, aprovechando para hacer negocios independientes y convertirse en informantes al servicio de intereses privados.
La denuncia que llegó a fortalecer todas las suposiciones que se tienen del CISEN fue la de Raúl González Vázquez, ex agente del órgano mencionado, quien acusó ante la Procuraduría General de la República (PGR) al exgobernador poblano Rafael Moreno Valle por gastarse millones de pesos del presupuesto estatal para una nueva red de espionaje en contra de altos funcionarios del gobierno federal.
Por eso es que el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador ve a este centro como un problema en lugar de una ayuda para la sociedad, a su vez lo percibe como una fuerte fuga de dinero ya que con un presupuesto superior a los 2.8 mil millones de pesos anuales y una voluminosa nómina de 3 mil 500 empleados de confianza, el CISEN es operado por 40 mandos superiores que perciben salarios mensuales de entre los 160 mil y 200 mil pesos, más un bono por riesgo adicional equivalente al 30% de sueldo convirtiéndose en un agujero negro en materia de gasto público.
PORQUE LO MAL HABIDO SE LO LLEVA EL DIABLO
Todos los grandes imperios tienen un declive catastrófico y el del CISEN no es la excepción, el actual presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el pasado 1 de marzo la apertura de archivos del CISEN con el objetivo que todos los mexicanos tengan acceso a la información, mencionó que “esa es una responsabilidad del Estado”. Un día antes en el Diario Oficial de la Federación se publicó el decreto, informando que los expedientes serían publicados a través de medios electrónicos, transfiriendo al Archivo General de la Nacional todos los documentos históricos relacionados con las violaciones de derechos humanos y persecuciones políticas, relacionadas con movimientos políticos y sociales, dando inicio así al plan del actual gobierno para la extinción del CISEN.
A la par, Alfonso Durazo, titular de la secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana dijo que ya tienen una reunión programada con el CISEN al igual que con el oficial mayor de la Gobernación para definir la separación de las partidas presupuestales que ejercerá una u otra dependencia, donde además, se dará a conocer la desaparición del CISEN y de la instancia que lo suceda.
Por otra parte, López Obrador reveló que los documentos del CISEN serán abiertos, esto con el fin, dijo, de dar asistencia para que se esclarezca la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y otros temas en materia de derechos humanos y combate a la corrupción.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido en que no habrá espionaje a sus opositores durante su sexenio, que respetará la libertad y el derecho a la privacidad de los ciudadanos, además afirmo que “los del CISEN ya no van a espiar a nadie, pero tampoco se van a quedar sin trabajo”, comprometiéndose a dar fin a todos estos años en que el SICEM ejerció su poder de manera errónea, siempre respetando los derechos y garantías de todos los mexicanos.
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