Enseñan a niños a gestionar sus emociones por medio de programas
“La habilidad de los niños para lidiar con sentimientos abrumadores y para controlarlos crece con el tiempo”
Por: Uriel Morales.
Ciudad de México .- Según Marta Dormal, consultora en desarrollo infantil temprano en la División de Salud y Protección Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ningún ser humano nace sabiendo cómo gestionar sus emociones. La habilidad de los niños para lidiar con sentimientos abrumadores y para controlarlos crece con el tiempo. Experimentan emociones negativas cuando tienen hambre o el pañal mojado, y emociones positivas cuando se sienten cuidados y protegidos.
El papel del desarrollo emocional en el comportamiento social tiene claras implicaciones en el diseño de políticas y programas educacionales. Si queremos que los niños se conviertan en adultos cariñosos, compasivos y respetuosos es necesario apoyar y alimentar su desarrollo emocional desde el principio. Sin embargo, existen importantes carencias que hay que solventar. La educación temprana no suele contar con personal adecuadamente capacitado para reconocer y gestionar de manera eficaz los problemas sociales y relacionales, y lo mismo sucede en el ámbito familiar.
A 25 años de trabajo con presos violentos cumpliendo condena en las cárceles norteamericanas hicieron comprender al psiquiatra James Gilligan que todos los crímenes tenían una cosa en común: estaban motivados por un sentimiento de vergüenza y de humillación. El psicólogo Richard Weissbourd recoge esta idea para ilustrar los efectos de las emociones destructivas y de la falta de estrategias para lidiar con ellas y, sobre todo, para destacar la responsabilidad de padres, educadores y miembros de la comunidad en su conjunto a la hora de enseñar a los niños a gestionar sus emociones negativas desde edades tempranas.
El desarrollo emocional comienza en edades muy tempranas de forma paralela a otros ámbitos del desarrollo como el cognitivo y el lenguaje y, sin embargo, a pesar de ser un aspecto fundamental de la formación, ha recibido mucha menos atención a la hora de formular políticas y acciones. Ocuparse prontamente de los retrasos y prevenir los posibles problemas psicológicos y relacionales puede generar indudables beneficios tanto desde un punto de vista individual como social.
Un desarrollo emocional saludable es la base de relaciones sociales exitosas y duraderas, fundamentales para dar felicidad y sentido a la vida. A su vez, los adultos socialmente competentes, que se relacionen bien con los demás, que sean cariñosos, empáticos y respetuosos, son agentes de cambio para un mundo mejor.
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