Acepta PJF amparo de MUCD contra presencia de Guardia Nacional en el Metro

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El organismo señala que la presencia de la GN vulnera los derechos a la seguridad jurídica, seguridad ciudadana y movilidad urbana, además, no reduce accidentes ni mejora la calidad del servicio

Por redación

México.- El Poder Judicial de la Federación admitió un amparo México Unido Contra la Delincuencia (MUCD) en el que se solicita el retiro de los casi 6 mil elementos de la Guardia Nacional desplegados en 190 estaciones del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro.

La demanda fue presentada la última semana de enero de 2023 en representación de una persona usuaria de este transporte para exigir que el Gobierno de la Ciudad de México proteja los derechos de quienes utilizan este sistema destinando recursos para su mantenimiento y sin militarización.

Tras el anuncio público del despliegue de la Guardia Nacional, el pasado 12 de enero, el Gobierno capitalino envió a los elementos a las instalaciones del Metro sin aclarar cuáles serían sus actividades, objetivos, presupuesto asignado, alcances de su participación, sus parámetros de coordinación o supervisión ni las implicaciones legales o administrativas de su incursión en estas actividades.

Con esta decisión, en primera instancia, el Gobierno capitalino viola el derecho a la seguridad jurídica de las y los usuarios debido a que esta acción fue tomada sin importar que la Guardia Nacional no cuenta con facultades jurídicas para intervenir las estaciones del Metro, pues su marco jurídico establece como autoridades encargadas de la seguridad a elementos de la Policía Auxiliar y a la Policía Bancaria e Industrial, de la Secretaría de Seguridad CIudadana de la Ciudad de México.

Debido a que la Guardia Nacional es una institución mayoritariamente militar -más de 70% de sus elementos provienen de las secretarías de Defensa Nacional y de Marina– la presencia de éste cuerpo de seguridad también viola el derecho a la seguridad ciudadana de las personas usuarias, pues no cumple con los requisitos que componen la seguridad pública, una función estatal que debería estar a cargo de instituciones policiales civiles, formadas y profesionalizadas en la materia.

Su despliegue vulnera también el derecho a la movilidad urbana, pues la presencia de la Guardia Nacional en el metro representa un elemento intimidatorio capaz de persuadir a las personas de reducir o suspender el uso del Metro, con lo que provoca un efecto inhibidor de este derecho. Y el temor es objetivamente justificable: la Guardia Nacional ha sido, en los últimos dos años, el cuerpo de seguridad con mayor número de quejas acumuladas por violaciones a derechos humanos, sólo por debajo de la Sedena, con señalamientos de hechos de detención arbitraria; tortura; violencia desproporcionada durante detenciones; delitos contra la libertad sexual y tratos crueles, inhumanos y degradantes.

La decisión del gobierno capitalino, finalmente, afecta el derecho a un buen gobierno de las y los capitalinos, debido a que el uso de recursos del presupuesto que deberían ser destinados a la reparación, mejora, modernización, ampliación y mantenimiento del STC Metro está siendo desviado para costear la presencia elementos de Fuerzas Armadas que no responden a estos objetivos, por cierto, sin que hasta el momento se haya informado públicamente el costo de esta operación.

Los efectos negativos de estos despliegues se han hecho evidentes a menos de un mes de haber comenzado: apenas unas 48 horas después de su presencia, dos agentes de la Guardia Nacional participaron en la detención de un joven que se manifestó de manera pacífica en una de las estaciones bajo su vigilancia. Poco después, el Secretario de Gobierno de la CDMX, anunciaría sanciones contra ellos.

El pasado 12 de enero, la ciudadana Viviana Salgado fue injustamente detenida, privada de la libertad y acusada de presuntos actos de sabotaje en una línea del metro por haber “arrojado” aspas de una lavadora a las vías del metro. A dos semanas de los hechos, la Fiscalía la exoneró tras haber comprobado que se trató, sencillamente, de un accidente: a Viviana las aspas se le cayeron a las vías, y las había comprado para arreglar un electrodoméstico de uso familiar.

El Metro capitalino es más que un transporte: es un espacio de encuentro, de expresión, de protesta… La Guardia Nacional no debe tener presencia en sus instalaciones.

Con este amparo, MUCD busca que el Poder Judicial reconozca estas violaciones a derechos humanos, revierta la medida de despliegue de este cuerpo militarizado y ordene al Gobierno capitalino redireccionar sus esfuerzos en la verdadera protección del derecho a una movilidad segura para las y los usuarios.

El Poder Judicial tiene la oportunidad de actuar como un contrapeso ante las decisión del Ejecutivo local de contribuir al empoderamiento de las Fuerzas Armadas y ampliar su participación a cada vez más distintos ámbitos civiles y, con ello, defender los derechos humanos de más de cuatro millones de personas usuarios del Metro.

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