#Opinión Arquitecta en movimiento / Pervinca Esparza
Esta vez, Pervinca Esparza colabora en la Red de Transformadoras Urbanas, mujeres preocupadas por el medio ambiente y temas de movilidad
Por Pervinca Esparza
Provengo de una familia con un fuerte matriarcado, fui madre por primera vez a los 20 años de edad, de una niña a la cual crié con apoyo de mi familia a partir de sus primeros 3 años de edad, tiempo en el que me toca afrontar la realidad que vive una gran cantidad de mujeres en nuestro país: asumir el rol de proveedora única de mi pequeña familia. Lejos de ver esta situación como una barrera, me impulsó a no conformarme y a enseñarle a mi hija que con trabajo siempre puedes alcanzar tus metas en la vida, sean estas cuales fueren.
De profesión arquitecta, con 18 años de experiencia en la función pública dentro del Gobierno del Estado de Chihuahua en el área de Desarrollo Urbano, al cual llegué por recomendación como la mayoría de los empleados de Gobierno. Inicié en un nivel bajo con el puesto de personal especializado en planeación urbana, con un sueldo poco oneroso que alcanzaba para lo básico.
A finales del año 2004 en la ciudad de Chihuahua se comenzaba a hablar del tema de movilidad sustentable, tema que hasta el momento no era del interés público. Yo, una arquitecta con nula experiencia sobre movilidad y sustentabilidad y sin saber el gran reto que asumía, fui enviada al IMPLAN en representación del Gobierno como parte de un jurado calificador para seleccionar a la empresa que finalmente elaboraría el primer Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable del país. El desinterés por el tema en niveles superiores me dejó en realidad un margen para involucrarme, además, me permitió aprender de grandes especialistas en materia de movilidad, planeación y espacio público.
Fue justo ahí cuando me di cuenta que los temas de desarrollo urbano y mucho más el de transporte público son dominados por hombres. Era yo, y así lo fui durante muchos años, la única mujer que participaba desde el sector público en el área de movilidad urbana, acompañada de una líder concesionaria que encabezaba una de las empresas de transporte público de la ciudad. ¡¡Únicamente dos mujeres en reuniones de más de cien asistentes!!… Y lamentablemente poco han cambiado las circunstancias.
Más del 50% de la población del estado son mujeres y muchas de ellas son cabezas de familia, día a día tienen que salir de sus hogares a realizar diferentes actividades que las obligan a desplazarse a sus centros de trabajo o a llevar a sus hijos a la escuela, entre otras actividades que realizan. Aunque somos un estado con muy baja utilización de transporte público y con una alta motorización, las distancias de nuestras extensas ciudades ocasionan que se invierta una gran cantidad de tiempo en transportarnos de un lugar a otro, siendo en el peor de los casos víctimas de la inseguridad y de acoso sexual cuando se utiliza el transporte público como medio de transporte. De ahí la importancia de la experiencia de las mujeres como aportación en los proyectos de movilidad de las ciudades: son ellas la mayor parte de los usuarios y son las que más sufren de la inseguridad en el transporte.
Por otro lado, existe un alto índice de mujeres económicamente activas, sin embargo, pocas se encuentran ocupando espacios de toma de decisiones. Poco a poco se han incorporado políticas gubernamentales de equidad de género, sin embargo, hay áreas en las cuales aún no hay participación de mujeres, como lo es la movilidad urbana.
Algunos elementos pueden ser causales: La relación laboral y con los diferentes actores es difícil: cuando te comienzas a posicionar empiezas a ser observada y criticada por tu “comportamiento” más que por tu desempeño. Sin el afán nunca de competir con los hombres, busqué realizar actividades en campos que tradicionalmente han sido masculinos, y es ahí en donde te das cuenta que muchas veces son las mismas mujeres las que cuestionan cómo logras obtener la atención de un grupo mayoritariamente compuesto por hombres. Aún recuerdo un comentario de quien fue mi jefa, “busca a fulano, vístete bonita, ve y habla con él, así linda como tú eres”. Yo creía que tenía la suficiente capacidad para hablar con ese líder transportista sin necesidad de captar su atención por “verme” o “ser linda”, y así fue.
El involucramiento que demanda este sector político es también muy demandante, exige estar de tiempo completo, en horarios extensos, fines de semana, vacaciones, viajes, no pudiendo muchas veces estar en ocasiones especiales con tu familia. Es tal vez esa una de las razones por las cuales existe poca participación femenina en estos proyectos. En mi caso afortunadamente siempre he contado con el apoyo de mi esposo. Él ha sido pieza fundamental ya que ha comprendido mi rol en la implementación de un proyecto tan importante y que involucra a todos los sectores de la población.
En provincia, no se entiende fácilmente que una mujer decida participar en proyectos de alto impacto para la comunidad y que otorgue una gran cantidad de su tiempo a su vida profesional. Fui señalada por “abandonar a mi familia” por ser una “madre ausente”. Sin embargo, no solo he logrado mantener una familia unida y creciente, he logrado mantener una posición reconocida en los temas de movilidad urbana en el país, que gracias a mi desempeño profesional he podido incursionar y ganarme respeto en los sectores públicos y privados en temas de predominancia masculina como son el transporte público, desarrollo urbano, construcción o en general la política.
Me complace saber que poco a poco he sido parte de la concientización de la importancia del tema de movilidad y que a su vez sea del interés de los diferentes sectores. Ha sido un proceso lento y duro, especialmente lograr tener legitimidad, sin embargo, los proyectos de movilidad y transporte público ya se integran dentro de las agendas públicas como proyectos prioritarios y como parte de la solución para mejorar la calidad de vida de los habitantes.
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Pervinca Esparza Rosas es arquitecta.
Las opiniones emitidas en esta columna son responsabilidad de quien la escribe y no reflejan necesariamente la línea editorial de este medio.
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