Protagonizan Trump y Biden debate más calmado con 2 visiones distintas de EU

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En una participación más mesurada, el presidente Donald Trump le dijo a Joe Biden: “No tuviste éxito” en Washington. El exvicepresidente acusó al mandatario de crueldad por separar a las familias inmigrantes y avivar las tensiones raciales

México.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el exvicepresidente Joseph R. Biden, compartieron sus argumentos finales el jueves y dieron visiones divergentes al país en el último debate presidencial. Ambos dieron pronósticos opuestos para la pandemia del COVID-19 y revelaron diferencias irreconciliables en temas que van desde el rescate de la economía, el fortalecimiento del sistema de salud, hasta la lucha contra el cambio climático y la remodelación del sistema de inmigración.

El tono de este debate fue, en general, más moderado que el primer encuentro entre los dos candidatos, realizado el mes pasado, cuando Trump arengó a Biden durante más de una hora y media y provocó de manera efectiva un cortocircuito en cualquier tipo de conversación. Pero si el tenor del debate del jueves fue más tranquilo, el conflicto en cuestiones de fondo y visión no podría haber sido más dramático.

Desde los primeros minutos, los dos candidatos adoptaron posturas opuestas sobre la pandemia y Trump prometió —desafiando la evidencia— que la enfermedad estaba “desapareciendo” mientras que Biden pidió acciones federales mucho más agresivas para el “invierno oscuro” que se avecina.

Trump, quien acosó a Biden con una agresión in crescendo en el transcurso del debate, parecía decidido a presentar a su oponente como un político de carrera “todo palabras y nada de acción”, como dijo hacia el final del debate. Y el presidente utilizó el evento como su plataforma más destacada hasta el momento para ventilar ataques no corroborados o sin base alguna contra las finanzas de Biden y miembros de su familia.

El presidente, sin embargo, hizo poco para presentar un caso a favor para su propia reelección, o para explicar en términos claros lo que esperaría hacer en los próximos cuatro años en la Casa Blanca. Frecuentemente tergiversó los hechos de su historial y el de Biden. Y sobre su vulnerabilidad política más importante —su mal manejo de la pandemia— Trump transmitió con firmeza el mensaje de que los días felices están a punto de llegar otra vez, incluso cuando las encuestas muestran que la mayoría de los votantes creen que lo peor de la crisis del coronavirus aún está por llegar.

Por detrás en las encuestas en una serie de estados bisagra cruciales, y con 48 millones de estadounidenses que ya han votado, el presidente estaba bajo más presión. Pero aunque demostró que puede participar en una justa política más convencional, no estaba tan claro si su actuación podría hacer que la gente a la que no le gustaba reconsiderara sus bien arraigadas percepciones.

Biden, por su parte, se ciñó al núcleo del argumento que ha impulsado su campaña desde el principio, al denunciar a Trump como un líder divisivo y poco ético que había echado a perder la respuesta a nivel federal a una crisis de salud pública devastadora. Aunque Trump lo empujó a la defensiva en repetidas ocasiones, el exvicepresidente también expuso una versión más completa de su propio programa de políticas que la que manejó en el primer debate, pidiendo un gasto de estímulo económico a gran escala, nueva ayuda a los estados que luchan contra la pandemia y una enorme expansión de la atención de la salud y los beneficios para los trabajadores en todo el país.

De todos los desacuerdos entre ambos candidatos, ninguno fue más destacado que sus evaluaciones de la experiencia estadounidense en su lucha contra el coronavirus.

Animado por la moderadora, Kristen Welker de NBC News, para explicar su plan para los próximos meses, Trump se apegó al alegre mensaje que ha transmitido en los últimos mítines de campaña, al prometer una vacuna a corto plazo y al citar su propia recuperación del virus como ejemplo de progreso médico. El presidente se jactó de que ahora era “inmune” a la enfermedad, e insistió en que estados como Texas y Florida habían visto cómo el virus se desvanecía, incluso cuando el número de casos va en aumento en todo el país.

“He sido felicitado por los mandatarios de muchos países por lo que hemos podido hacer”, dijo Trump, sin ofrecer detalles más específicos.

Biden, en respuesta, insistió con una línea de ataque enfocada y conocida en contra del presidente, al culparlo por no haber hecho “prácticamente nada” para detener la pandemia a principios de este año y por encaminarse a la parte más fría del año sin un plan definido para controlar el virus. Sosteniendo un cubrebocas, Biden dijo que alentaría a todos los estadounidenses a que se lo pusieran y que aumentaría las pruebas rápidas a escala nacional.

“Estamos a punto de entrar en un invierno oscuro, un invierno oscuro, y él no tiene un plan claro”, dijo Biden. Trump replicó: “No creo que vayamos a tener un invierno oscuro en absoluto; estamos abriendo nuestro país”.

Pero cuando el presidente dijo: “Estamos aprendiendo a vivir con” el coronavirus, Biden se abalanzó: “Estamos aprendiendo a morir con eso”, dijo.

“Cualquiera que sea responsable de tantas muertes no debería permanecer como presidente de Estados Unidos de América”, dijo Biden. Y agregó: “Voy a terminar con esto. Me aseguraré de que tengamos un plan”.

Sin embargo, el presidente dijo por primera vez: “Asumo toda la responsabilidad”, por el impacto del virus. Luego, rápidamente buscó eludir la culpa. “No es mi culpa que haya venido aquí, es culpa de China”, dijo.

El debate del jueves, en la Universidad de Belmont en Nashville, representó quizás la última oportunidad para que Trump sacudiera la campaña presidencial y se abriera camino hacia una contienda más estrecha contra Biden cuando solo quedan 11 días.

Al final del debate, Biden dijo que impulsaría al país a “transicionar de la industria petrolera” y agregó que “la industria petrolera contamina significativamente” y que eliminaría los subsidios federales. Trump intuyó una oportunidad y dijo “es una gran declaración” y luego mencionó una serie de estados con grandes industrias energéticas.

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