Calculan crecimiento en próximos años de la reproducción humana asistida
Diversos factores han puesto a la maternidad subrogada como una opción ante quienes quieren tener un hijo
Por: Redacción Pixel Media 4.0
Ciudad de México.-La doctora María Eugenia Olavarría Patiño, profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), ganadora del Premio a la investigación que otorga dicha universidad, por La gestación para otros en México. Parentesco, tecnología y poder, informó que La reproducción humana médicamente asistida crecerá de manera exponencial en los próximos años, debido a factores sociales, culturales y demográficos, entre otros.
La necesidad de recurrir a la asistencia técnica de reproducción humana médicamente asistida es cada vez mayor debido a diversos factores, lo que hace que la gestación sustituta sea una opción.
La especialista indaga en las relaciones, los discursos y las prácticas alrededor de la gestación para otros (GPO) o subrogada o sustituta, la sustitución uterina o la maternidad subrogada, en un proyecto publicado por la Unidad Iztapalapa y la editorial Gedisa que en noviembre pasado obtuvo también Mención Honorífica en el Premio Fray Bernardino de Sahagún, que confiere el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
El trabajo aborda la oferta nacional y transnacional de la gestación subrogada en el periodo 2015-2017; la polémica mediática y legislativa; la regulación restrictiva; los efectos de la ideología, y la estructura del parentesco. Con base en entrevistas a protagonistas en estos casos, se responde a interrogantes sobre el simbolismo de la genética;
La investigación de la doctora Olavarría Patiño es una de las primeras efectuadas en México y contó con la participación de las doctoras Françoise Lestage, adscrita a la Universidad de París, y Mayra Chávez Courtois, perteneciente al Instituto Nacional de Perinatología, además de posdoctorantes y estudiantes de licenciatura.
El método GPO consiste en la restitución de uno el útero o de dos un útero y un óvulo de los tres ingredientes biológicos junto con el esperma, necesarios para la creación de un ser humano; es parte de las técnicas de reproducción humana asistida, como se conocen los tratamientos de manipulación de células germinales óvulos y espermatozoides o de óvulos fertilizados para el logro de un embarazo.
Una idea propalada es que una mujer gestante aporta también el óvulo y, por tanto, será madre genética, pero en la GPO se trata de personas que portan sólo la gestación, es decir, parejas o individuos que requieren de esta opción y contribuyen con los gametos; la fecundación ocurre in vitro y “todo será mediado por el aparato médico y legal”.
El óvulo fertilizado se implanta en quien llevará a cabo el proceso hasta el parto o la cesárea, momento en que, con base en un convenio preexistente, el recién nacido será entregado a los padres, “que son sociales o eventualmente también genéticos”.
Esta práctica no está regulada en su totalidad a nivel federal y “nosotros estudiamos situaciones distintas, sobre todo en el estado de Tabasco, donde se practicó en todo tipo de parejas, orientaciones, edades y nacionalidades”, aun cuando a partir de 2016 la técnica quedó restringida a los mexicanos.
La razón para añadir las ciudades de México y Tijuana radicó en que la primera dispone de laboratorios, clínicas e infraestructura general, en tanto que la región San Diego-Tijuana es muy cercana a California, Estados Unidos, “epicentro de la gestación sustituta” y donde está reglamentada y es aplicada a todo tipo de parejas; “encontramos que las migrantes buscaban una gestación sustituta como medio para salir de México y establecerse” en el país vecino.
Olavarría Patiño calculó que la GPO en México asciende a menos de uno por ciento de los tratamientos para el tema y, sin una normatividad completa, es llevada a cabo en la ilegalidad, ya que no está prohibida sino sólo es permitida. A finales de 2018, la Suprema Corte de Justicia de la Nación sentenció que las parejas de personas del mismo sexo pueden acceder a la figura de gestante sustituta para tener descendencia.
En todas las fases hay un debate jurídico, político, moral y religioso porque no sólo intervienen las nociones de maternidad, sino la de que el óvulo fertilizado es un ser humano, como estima el catolicismo y, por ende, no debiera ser objeto de intercambio, trasplante o criopreservación, pero la gran polémica está en el seno del feminismo, un movimiento muy variado en el que algunas militantes lo catalogan como explotación de mujeres en situación de vulnerabilidad y desigualdad, y para otras es una forma de autonomía reproductiva que no debe entenderse como abuso hacia las gestantes, sino como una ayuda a una persona imposibilitada para el embarazo.
Una de las conclusiones radica en que estas biotecnologías generan cambios en niveles distintos de la sociedad mexicana, que van desde la intensificación de la acción del Estado en la conformación de las familias, hasta matices profundos en las relaciones entre generaciones y géneros.
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